Ahora que los vampiros están de moda en los cines voy a hablar de otro tipo de “vampiros” que están entre nosotros. La semana pasada los volví a ver por la facultad, eran dos tipos con cara de anciano inofensivo que se pusieron cerca de la entrada intentando captar estudiantes para que bajasen al sótano, allí estaban los auténticos chupasangre.
Me refiero a la Asociación de Donantes de Sangre, que en Zaragoza tiene una gran presencia y cumple con su función de manera extraordinaria. En otros países y entre algunas comunidades todavía hay ciertos prejuicios sobre la donación (por ej., en la sangre está el alma, si recibes sangre de un asesino te conviertes en asesino, etc.). Sin embargo, aquí hemos superado esta etapa y hemos logrado tener banco de sangre sin dinero ni mercado que realmente ayuda a los que están enfermos y necesitan lo que a otros les sobra.
Sinceramente, aunque no lo es todo, donar sangre (y órganos también) parece la forma más generosa y evidente de ayudar a los demás. Me gustaría hacer un homenaje a todos los donantes de sangre y a los que están gestionando este tipo de organizaciones. Aunque pueda doler un poco y dejen marca, como los vampiros, realmente se lo merecen.
dbelanche
La Sociedad Ilimitada 