Jubilados regulando el mercado

15 marzo 2010

No voy a hablar de pensiones sino de pensionistas: esos jubilados y jubiladas con más tiempo libre de lo habitual de los que abundan en mi barrio. Como no tienen grandes obligaciones pueden dedicar el tiempo a ir de aquí para allá tranquilamente pero fijándose en todo. Son famosos los corrillos entorno a una obra (ahora menos abundantes) o los que se juntan al sol de la mañana en alguna replaceta para ver quién miente más.

Uno de los lugares más frecuentado por estas personas mayores son los mercados, en plural porque se recorren varios. Actúan como auténticos reguladores del mercado ya que se fijan en los precios y sólo compran en aquellos lugares donde realmente merece la pena. Me atrevo a decir que en algunos casos comparan los precios a lo largo del tiempo, es decir, pueden pasar varios días comparando para comprar en el puesto que tiene la mejor oferta; haciendo que los comerciantes se pongan las pilas si quieren seguir vendiendo.

Este hecho puede llegar al extremo cuando tocamos temas de consumo del día a día que afectan al bolsillo de los ciudadanos. Uno de estos ejemplos es el de si necesitamos y estamos dispuestos a pagar las bolsas en los comercios. Hace unos días asistí a una pequeña bronca entre un jubilado con su carro y una verdulera (entendida como señora que vende verduras):

-¡37!
-Yo, me pone 3kg de naranjas y 2kg de manzanas
-Aquí tiene, … son 4,57 euros.
-Oiga-mirando el ticket- me está cobrando la bolsa y no la necesito porque me meto las naranjas al carro y no necesito bolsa.
-Pues devuélvame usted la bolsa y le doy los 3 centimos, a ver si se piensa que me regalan a mí las bolsas.
-Además la bolsa ya me la has cobrao 3 veces. Las naranjas me las estas cobrando a 1euro y en el cartel pone a 99cent., también me has pesado la fruta con la bolsa por lo que me la has cobrao el peso de la bolsa a precio de naranja y encima los 3 centimos.
-¡Será posible! Por 3 céntimos, pues que sepa que yo pago las bolsas … si quiere le enseño las facturas …

Aunque algo tacaño a este señor no le faltaba la razón, de hecho lo pude confirmar poco después cuando al salir de un supermercado y fijarme en el ticket me di cuenta de que se habían equivocado cobrándome de más. ¡Cuánto se aprende en el mercado!