En las últimas semanas no dejo de sorprenderme de la capacidad de internet para hacer explotar bombas informativas. Algunos ejemplos son los mensajes que colgaron Bisbal o Nacho Vigalondo en Twitter (un simple tweet cada uno).
El procedimiento es sencillo:
- Alguien, si es famosillo mejor, deja una frase en Twitter, en su propia web o en algún lugar de la red. Basta con que esa afirmación sea algo ingenua o fuera de lugar para que el mecanismo explosivo se active.
- Un grupo de personas (ya sean twitteros, gente aburrida frente a internet o gente con ganas de chismorrear y divertirse) comienza a expandir el mensaje por la red y a comentarlo con humor e ingenio.
- La onda expansiva es tal que incluso gente que no utiliza internet comenta el asunto por la calle; los medios de comunicación se hacen eco de la noticia en sus informativos/programas de entretenimiento.
Con el paso del tiempo todo vuelve a la calma no sin algunos efectos negativos; una estupidez inoportuna no ha dejado indiferente a nadie y ha conseguido más repercusión que la última campaña de Coca-Cola. Y todo gracias a la red, increíble.